El ángel dijo a las mujeres: “¿Por qué llorás? ¿A quién buscás?” (Jn. 20 15). Hoy resuenan esas preguntas en nuestro corazón comunitario. Lloramos la injusticia, la muerte, la pobreza, la indiferencia… Lloramos problemas personales y comunitarios. ¿Por qué? Porque nos cuesta creer.
Es así de simple y de difícil. Simple de decir, difícil de convertir. Toda la cuaresma nos propusimos la conversión. Ahora nos proponemos la Pascua. Morir y resucitar. Dejar de buscar en lugares equivocados, en lugares vacíos… y comenzar a buscar en lugares llenos de vida.
Jesús resucitó. Jesús venció a la muerte. ¿A qué tenemos miedo? Si Dios está de nuestro lado y juega con nosotros. Las dificultades, los “palos en la rueda”, los problemas personales y comunitarios hasta la misma muerte no nos detiene. No porque seamos necios, no porque somos tercos irracionales… sino porque tenemos fe. Fe que resucitamos con Jesús, fe que podemos vivir en comunión con nuestros muertos, fe que nuestros límites y problemas son desafíos que superamos y nos acercan más a Dios.
Los invitamos a vivir en la alegría y en la paz de Jesús VIVO! A transmitirlas a los demás, especialmente a los jóvenes, con nuestro testimonio de vida.
Busquemos a Jesús donde vive. Por las enseñanzas de Don Bosco, sabemos que Él vive en los jóvenes, en la comunidad apostólica y en los sacramentos.
Feliz Pascua!!!
Equipo de Pastoral
